Lifeloggin: La bitácora de vida digital
El lifeloggin es una tendencia de creciente popularidad en el mundo. Se trata de documentar nuestra vida y experiencias personales a través de sensores portátiles capaces de medirlo y registrarlo todo, desde ubicación geográfica, dietas, momentos de ocio, hasta la frecuencia cardiaca o las horas de sueño.
Pese a que en el mercado se venden actualmente aparatos específicos para llevar el lifelogging a otro nivel, como la SnapCam y YoCam (aparatos capaces de grabar todo lo que ve el usuario durante horas seguidas y compartir el material instantáneamente) o aplicaciones que lo registran todo (como EXIST), el dispositivo por excelencia para hacer lifelogging es el celular.
Los usuarios, con sus aplicaciones de mensajes instantáneos y de correo electrónico, sus publicaciones en medios sociales y álbumes digitales de fotos, ya están creando una referencia cronológica y geográfica, porque muchas personas llevan un registro continuo y minucioso en tiempo real de diversos aspectos relevantes de su propia vida.
A su vez, es probable que muchos, sin darse cuenta, estén potenciando esta tendencia a través de la utilización de, por ejemplo, aplicaciones de autocontrol (actividad física, dieta, signos vitales), de seguimiento y ubicación (rastreadores de celulares, aplicaciones de geolocalización), herramientas digitales de memoria, etc.
El contexto es causa y consecuencia del lifeloggin. Estamos viviendo el auge de las redes sociales, un mercado de dispositivos electrónicos que cada día crece más, el bajo coste del almacenamiento digital y la realidad biológica de que la memoria humana no puede registrarlo todo. Muchos defensores de esta tendencia argumentan que la posibilidad de no tener que memorizar tanto le permite a las personas poder pensar de forma más innovadora y creativa.
Para concluir, es importante señalar que el ojo de la tormenta se encuentra, una vez más, en la privacidad de los datos. Las empresas que brindan los dispositivos y las aplicaciones para que el lifeloggin sea posible pueden acumular millones de GB de información sobre las vidas y los comportamientos de las personas.
Fuente: Universidad de Barcelona
